martes, 11 de enero de 2011

Mi primera bicicleta, capítulo 6º

Mi bicicleta me daba muchos momentos de emoción, fantasía y libertad. Pero hay un recuerdo un poco trágico para mí, que visto con los ojos de una niña de algo más de seis años, pudo ser causa de un gran trauma. Como en todos los pueblos, en Encinasola había un día mercadillo. No recuerdo que día de la semana era. Seguramente sería vacaciones porque yo no tenía clases y me acerqué con la bici. Ponían los puestos en la calle al lado de la plaza de abastos, a ambos lados de la vía. Yo llegué con mi bici, y no sé que fui a ver que dejé la bicicleta en el suelo, al lado de un puesto. Cuando de repente, vino un camión, y sin piedad pasó por encima de mi bici. Yo al ver aquello grité: "¡la bici!". Pero pasó de mí el conductor y siguió tan campante. ¡Casi me da un soponcio! Crucé corriendo en auxilio de mi bici, porque yo estaba en el otro lado de la calle, y cuando la puse en pie, la rueda delantera se había convertido en un ocho, y no podía andar porque rozaban los frenos. ¡Madre mía que sofocón! Y encima pasó por encima como si nada. ¿Pero acaso no vió mi bici? ¿No sintió que pisaba algo? ¡Qué fresca la gente, se van de rositas como si nada! Recogí la bici y me fui para casa hundida.

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